por: Inés Reyes
18/08/2017 | 6:11 pm
AP
No hay muchas cosas nuevas en “The Hitman’s Bodyguard» debido a que su premisa sobre una pareja dispareja es el material clásico de las películas de cómplices.
Sus protagonistas Ryan Reynolds y Samuel L. Jackson, interpretan a sus personajes típicos: Reynolds como el apuesto bonachón, Jackson como el imperturbable machote cuya palabra favorita es una grosería.
También, como muchos héroes de cintas del pasado, tienen la misión de derrocar a un dictador despiadado.
Sin embargo, ese mismo marco familiar es lo que hace que esta película llena de acción cargada con disparos, persecuciones en auto, peleas a puño limpio e intriga internacional sea una delicia que permite dejar atrás el caos de la realidad.
Además, Reynolds interpreta a Michael Bryce, un hombre impecablemente arreglado y altamente reactivo con personalidad tipo A que trabaja en “protección ejecutiva”, proporcionando servicios de guardaespaldas para personas de muy dudosa reputación.
Su carrera e imagen pulida caen en picada luego que un traficante de armas al que protegía muere baleado por un francotirador. Bryce culpa a su ex-novia Amelia (Elodie Yung), detective de la Interpol, por el error, pues cree que ella filtró información a las autoridades.
Un par de años después Amelia es designada para transportar a un famoso matón llamado Darius Kincaid (Jackson) a la Corte Penal Internacional, donde será el único testigo contra el asesino dictador bielorruso Vladislav Dukhovich (Gary Oldman en una interpretación perfecta).
Desesperada y con menos armamento, Amelia recurre a Bryce para pedir ayuda y le promete ayudar a restaurar su carrera si puede hacer que Kincaid llegue a La Haya seguro. Así es como estos dos polos se encuentran y surgen los roces entre ellos y con los malos de la película.
«The Hitman’s Bodyguard» de Lionsgate tiene una clasificación R en Estados Unidos, la cual requiere que los menores de 17 años vayan acompañados de un padre o representante adulto, por fuertes escenas de violencia y lenguaje inapropiado.