Descubre siete causas comunes de la dentadura amarillenta

Tener una dentadura blanca y brillante es uno de los principales objetivos de las personas en relación a su cuidado personal, por lo que comúnmente se intentan todo tipo de tratamientos.

Es importante mencionar que una dentadura blanca no surge naturalmente ya que existen componentes como la dentina, que da un color amarillento pero que luce más blanca gracias al esmalte que la recubre.

Sin embargo, hay algunos factores que dañan ese esmalte y que provocan que el tono amarillo sea más fuerte de lo que debería y aunque actualmente hay muchas opciones para revertir el problema, es importante conocer las razones de este deterioro.

Por ello, a continuación te decimos cuáles son las siete causas más comunes:

• Tener una higiene bucal deficiente causa que la placa bacteriana se acumule sobre la superficie de los dientes causando que se manchen o deteriore el color, además de que aumenta el riesgo de infecciones.
• La genética juega un papel importante porque hay alteraciones que dañan la dentina y su recubrimiento, y esto puede ocurrir incluso en la infancia.
• Ingerir algunos fármacos como anfibióticos, antidepresivos y antihipertensivos, pueden aumentar el riesgo de tener dientes amarillos o grisáceos. Esta situación se presenta más cuando se consumen en el embarazo o se les dé a los niños a edades muy tempranas. Someterse a radioterapias o quimioterapias, también puede afectar el color de los dientes.

• Tener accidentes o golpes que afecten a los dientes, provoca que éstos cambien de color porque el esmalte se daña o se muere alguno de los nervios.
• Ciertas enfermedades o infecciones ocurridas en los primeros años de vida, son algunas de las principales causas de tener dientes amarillos.
• Utilizar mucho flúor, puede causar en los dientes color amarillo o marrón porque se daña en recubrimiento y la parte interna de las piezas dentales.
• El consumo excesivo de café, té negro o verde, vino tinto, bebidas carbonatadas, salsa de soja y bebidas deportivas, provocan con el tiempo, manchas difíciles de remover. Además aumentan el riesgo de padecer infecciones, debilitamiento y se genera una alta acumulación de bacterias.