por: Jonás Rodríguez
23/07/2020 | 3:00 pm
Pixabay
Una investigación internacional reveló que la vida tardó aproximadamente 700 mil años en recuperarse en el lugar donde cayó el asteroide que provocó la extinción de los dinosaurios.
Este trabajo reflejó la rápida diversificación y estabilización de la comunidad de organismos que habitan en el fondo de los ecosistemas acuáticos (comunidad betónica), después del impacto del meteorito.
Según los datos, estos organismos tuvieron una recuperación inicial que tardó algunas décadas y demoraron 700 mil años en volver a tener niveles de abundancia y diversidad parecidos a los existentes antes del choque.
Los especialistas afirmaron que este proceso ocurrió en un tiempo significativamente rápido a escala geológica.
El impacto de este asteroide se produjo hace unos 66 millones de años en la actual Península de Yucatán, México, y provocó una de las cinco grandes extinciones en masa del Fanerozoico, acabando con la existencia de los dinosaurios.
De acuerdo con los estudios realizados, la roca cayó con una violencia similar a la explosión de mil millones de bombas atómicas y ocasionó un cráter de 180 kilómetros de diámetro.
Además, provocó una alteración importante en el medio ambiente a nivel global, desencadenando una gran cantidad de desastres naturales como terremotos, tsunamis, aumentos de temperatura, lluvias ácidas, etc.
Estos fenómenos generaron la extinción de aproximadamente el 70% de las especies marinas y continentales de la época, modificando la evolución de la vida en la Tierra.
El objetivo principal de este trabajo era evaluar las distintas fases de la evolución de la vida luego de este hecho e identificar en qué momento se alcanzó la recuperación total de la comunidad betónica.
Los resultados obtenidos fueron revelados a través de un comunicado emitido por la Universidad de Granada Francisco Javier Rodríguez-Tovar.
«Esa recuperación no fue brusca, sino producto de distintas fases de diversificación, estabilización y consolidación», explicaron los especialistas del recinto educativo.
Estas conclusiones abren una nueva línea de estudio de las extinciones en masa, importantes para la investigar la evolución de la vida sobre la Tierra.